Por una ruta de Vino y Sales: LIGÜERRE DE CINCA Y SALINAS DE NAVAL

Hoy os mostramos una ruta familiar que se puede hacer en un día y que ya hemos alguna vez subido a esta página de otra manera. Se trata de la visita a LIGÜERRE DE CINCA Y A LAS SALINAS DE NAVAL.

Esta vez hemos realizado una ruta corta circular desde el Mesón de Ligüerre junto a la carretera y a unos 15 minutos de Ainsa. Desde allí y desde la entrada al camping de Ligüerre partimos en subida por un lado de la carretera dirección hacia el pueblo reconstruido de Ligüerre y a unos doscientos metros de subir por la carretera vemos señalizado el itinerario del camino del pinar y la ruta del tejar luego siguiéndolo podemos ir hacia el pueblo y ver sus viñedos(ruta del vino) o bien bajar hacia el embarcadero del Embalse de mediano por donde volveremos hacia el punto de salida en aproximadamente una hora y media. Decir que se puede apadrinar una cepa anualmente por un precio de 50 euros y con varias facilidades y descuentos como un lote de vinos gratuito, descuento en hotel, etc.

Luego nos podemos dirigir en coche hacia el pueblo de Naval pasando el puerto del Pino (8825 mts de altitud) desvío hacia Abizanda (pueblo del Museo de los Titiriteros de Binefar) y Naval. Sin subir al pueblo de Naval vemos la indicación de la Salinas de Naval y en 5 minutos por pista poco arreglada a la izda. llegamos en coche a estas Salinas de antaño, ahora acondicionadas para baños de sal. Recomendable ir en verano en día laborable pues en fin de semana hay excesiva gente y mucho overbooking. Se puede comer allí mismo por un  menú de 15 euros (dos platos y postre abundante)en dos turnos de las 13 y las 15 horas previa reserva de mesa. O bien comer en zona de picnic con lo que cada uno lleve. Existen varias piscinas de sales donde la concentración de sal es mayor que en el mar Muerto y la posibilidad de hundirse es casi imposible. Unos baños para exfoliar la piel y para relajarse en un día cualquiera. Precio de la entrada: 7 euros adulto y también se pueden comprar sales de cocina y de baño. Lástima las malas condiciones de los pequeños aseos y vestuarios que no cumplen las condiciones higiénicas ni se arreglan con el paso de los años. Una pena. Sí existen sillas, tumbonas y lugares de sombra que también poco a poco podrían mejorarse para beneplácito y alegría de los clientes.